Ejemplos imprescindibles de nuestro patrimonio industrial: la colonia textil de Cal Vidal (Puig-Reig, Barcelona)

“(…) Els anys, però, dins la fàbrica

es dilueixen en l’opaca

grisor de les finestres” 

(Miquel Martí i Pol)

[1] A modo de introducción, una poesía de Miquel Martí y Pol

El presente artículo tiene por objeto difundir ejemplos clave de nuestro patrimonio industrial y debo empezar con Cal Vidal, una magníficamente conservada colonia industrial textil sita en la comarca del Berguedá, cerca de Puig-Reig (Barcelona). Precisamente en una de las calles de Berga, puede observarse, pintada en un mural, una de sus famosas poesías llamada “Elionor” (Leonor) publicada en el libro “La Fábrica” en 1972 y referida al contexto de las colonias textiles, que me permito traducir al castellano para mejor comprensión de los lectores no catalanoparlantes, pues describe el ambiente algo sórdido y no siempre feliz de las obreras en el sector textil. En Cal Vidal, de hecho, la plantilla era eminentemente femenina de modo que procede traer esta poesía a colación:

 “Eleonor tenía

catorce años y tres horas

cuando se puso a trabajar.

Estas cosas quedan

registradas en la sangre para siempre.

Llevaba trenzas todavía

y decía “sí señor” y “buenas tardes”.

La gente la quería,

Eleonor, tan tierna,

y ella cantaba mientras

hacía correr la escoba.

Los años, pero, en la fábrica

se diluyen en la grisura de las ventanas,

y al cabo de poco Eleonor no habría 

sabido decir de donde le venían 

las ganas de llorar

ni aquella irreprimible 

sensación de soledad.

Las mujeres decían que lo que le pasaba

era que se hacía mayor y que aquellos males

se curaban casándose y teniendo hijos.

Eleonor, de acuerdo con la muy sabia 

predicción de las mujeres,

creció, se casó y tuvo hijos.

La mayor, que era una chica,

justo hacía tres horas

que había cumplido los catorce años

cuando se puso a trabajar.

Todavía llevaba trenzas

y decía “sí señor”, y “buenas tardes”.

[2] Vínculo entre el patrimonio industrial y nacimiento del derecho del trabajo

Desde que tuve oportunidad de conocer la colonia industrial de New Lanark (Glasgow), por casualidad, en unas vacaciones de verano en Escocia (ampliamente comentado aquí), se despertó mi curiosidad por conocer qué ejemplos de patrimonio industrial y colonias industriales podemos encontrar en nuestro país. Así que, desde entonces, he tomado el nuevo hábito de investigar in situ esos lugares, testigos de la actividad empresarial y obrera, localizar publicaciones que aporten información sobre su pasado y sobre cómo gestionaron la “cuestión social” y, de este modo, aprender acerca de nuestro preciado patrimonio industrial, que creo que merece la pena compartir y poner en valor, tanto en el marco de las asignaturas de derecho del trabajo, como para disfrute y enriquecimiento de todos los interesados en el iuslaboralismo. Esta materia debería volver a los planes de estudios de derecho en alguna introducción al Derecho del trabajo, aunque fuera en una breve pincelada, porque en ella se sitúa el origen de nuestra área de práctica.

Los edificios, fábricas, naves, saltos de agua, telares y conjuntos fabriles que han permanecido siglos después de haberse erigido, nos producen una cierta fascinación a los laboralistas porque son testimonios de una época y momento concreto de la historia (de finales del siglo XVIII a principios del siglo XX) en la que estaba naciendo el derecho del trabajo y, por tanto, más allá de la belleza o romanticismo de los edificios y activos concretos que han llegado a nuestros días, debemos investigar y mirar las historias que encierran e investigar sobre su pasado. Porque son memoria viva del trabajo industrial y de las relaciones entre patronos y proletarios.

Como hemos tenido ocasión de reflexionar en otros lugares, en estas comunidades (a partir de 1785 en Escocia y a alrededor de 1850 en Cataluña) se implementaron las primeras normativas y prácticas en las que se sitúa la génesis y origen del derecho del Trabajo y, por tanto, debe formar parte de nuestra formación personal en la historia del Derecho del Trabajo, como abogados laboralistas o, al menos, de nuestra cultura general.

Tras quedar enganchado por este tema en Escocia, el primer ejemplo de este patrimonio que he podido visitar es la colonia industrial textil de Cal Vidal. Pese a que soy Barcelonés, desconocía esta increíble y perfectamente conservada colonia industrial y debo por cierto, este descubrimiento, a mis queridas amigas Mar Francés, Montserrat Morell y Clara Ruiz González, con quienes visitamos New Lanark junto con mi mujer, Susana y mi hijo David, en el inicio de un pasatiempo que ahora se ha constituido ya en tradición familiar, pues he seguido visitando otros restos de patrimonio industrial, tanto en Cataluña (Museu de la Ciència i la Técnica de Terrassa) como en Andalucía (Cerco industrial de Peña Roya-Pueblo Nuevo, Córdoba), sobre las que espero poder escribir próximamente.

Pero, ¿qué es una colonia industrial? Una posible definición muy gráfica sería la que emplea FERRER ALÓS en su imprescindible estudio “De pagesos a cotoners” (de payeses a algodoneros), donde las denomina “fábricas de río” (fabriques de riu), que nacían en lugares despoblados donde había que construir habitáculos y, al mismo tiempo, servicios para la población que allí vivía.

[3] Cal Vidal: un ejemplo magníficamente conservado de colonia industrial, actualmente, Museo de la Colònia Vidal de Puig Reig.

La colonia industrial de Cal Vidal, construida en 1892 a orillas del río Llobregat, es un magnífico ejemplo, visitable hoy en día, que ilustra con precisión cómo funcionaban este tipo de complejos industriales, por qué interesaba al patrón construirlos y qué servicios ofrecían a los trabajadores, aportándoles una suerte de “retribución en especie” primigenia, enormemente valiosa para la época, por la mejora de las condiciones de vida. Aunque los testimonios que se han recogido de los habitantes de las colonias son encontrados, por ejemplo: “En las colonias teníamos el plato en la mesa, techo y trabajo seguro. Solo nos faltaba la libertad”, como recuerda Assumpta Montellá en “El silenci dels telers”. 

FERRER ALÓS sintetiza con acierto que “de hecho, el pacto no escrito suscrito en la colonia entre amos y trabajadores [consistía en] tranquilidad social a cambio de servicios y educación religiosa [y que] funcionaba perfectamente y hacía que el Alto Llobregat fuera una zona libre de conflictividad y enfrentamientos”.

Fig. 1 Vista aérea de la fábrica de Cal Vidal y el salto de agua. Fuente: El museo – Museu de la Colònia Vidal

Sobre esta primigenia “retribución en especie”, recuérdese precisamente el ejemplo de New Lanark, Glasgow, 1785, en el que, debido al cierre de las tiendas con producto adulterado a alto precio o grog-shops y a la apertura, por parte del socialista utópico Robert Owen, de una tienda que aprovechaba economías de escala y ofrecía carne y productos de calidad a bajo precio, los trabajadores tenían mejores condiciones de vida e incluso podían ahorrar pese a tener salarios más bajos que en Manchester (en New Lanark se llega a establecer una sucursal bancaria). Las grog shops eran tiendas en las que se vendían productos de baja calidad a alto precio, lo que provocaba el endeudamiento de la población obrera habitante en la colonia industrial. El grog era una bebida alcohólica adulterada de baja calidad, a base de ron, agua caliente y limón.

Esa competencia imbatible erradicó las grog shops a la vez que aportó a los trabajadores un economato con mejores productos y más asequibles.

La colonia Can Vidal se encuentra en el término municipal de Puig-Reig, cerca de Berga. Fue construida a finales del siglo XIX e inició su andadura en 1901 y es un testimonio vivo de lo que es una colonia industrial textil catalana con su complejo industrial, colegio, negocios (incluyendo una pescadería que todavía hoy se conserva), vivienda obrera, duchas públicas e incluso su iglesia y zona de recreo que incluye un bar, un cine/teatro y una sucursal de Caixa de Manresa.

Destacan las instalaciones fabriles con su chimenea (su parte más elevada, actualmente, en reparación), el salto de agua construido ex profeso por la familia Vidal para conseguir mejorar el influjo de energía para mover los telares, y la nave en la que podemos encontrar telares que se activan y funcionan perfectamente. Al ponerlos en funcionamiento se nos muestra el enorme ruido que debían soportar los trabajadores dedicados a la producción textil. También resulta muy interesante, el conjunto de edificios, viviendas sociales y otros servicios que encierra la colonia, como la escuela para chicas, el lavadero para sanos, separado del lavadero para enfermos, los huertos, la iglesia, la biblioteca, etc.

Fig. 2 Vista de la fábrica y chimenea

Fig. 3 bis. Vista de la fábrica y río al lado / Fig. 3 bis. Vista de la fábrica y río al lado

Fig. 3 ter. Vista chimenea y puerta lateral

Fig. 4. Fotografía antigua de cal Vidal que puede observarse en la antigua sucursal de Caixa de Manresa sita en la colonia. Del autor

Cal Vidal se ubica en un precioso entorno rodeado de naturaleza, junto al cauce del río Llobregat y también en esto se asemeja a New Lanark, que se encuentra en un paraje idílico junto a las cataratas del río Clyde.

Desde 1995 convertida en un museo (información sobre el mismo aquí), permite conocer de primera mano cómo era la vida en un entorno de colonia industrial en 1901. Es especialmente recomendable su visita teatralizada (ideal tanto para adultos como para niños). El director de cine y actor, Joan Frank Charansonnet, y el también actor Xavier Prat, realizan visitas guiadas en catalán, castellano e inglés (más información sobre estas imprescindibles visitas aquí).

En su planteamiento, resultó capital la construcción de un salto de agua que fuera capaz de generar energía para el movimiento de los telares, aunque el caudal irregular de la cuenca catalana en muchas ocasiones requería de un complemento energético, lo que se supliría y complementaría con la máquina de vapor a partir de principios del siglo XX.

Fig. 5 Fotografías de la construcción del canal. FERRER ALÓS. / Fig. 5 bis. Salto de agua en la actualidad

Acredita la necesidad de complementar la energía hidráulica, el magnífico ejemplar de máquina de vapor de 1902 original, que se adquirió para compensar el oscilante e irregular caudal del río Llobregat, fuente de energía clave para el movimiento de los telares. En 1913 se construyó la central eléctrica que producía la energía necesaria para iluminar la fábrica y para el consumo doméstico de la colonia, de modo que esto dotaba a la población de la colonia de una comodidad adicional en la época que no estaba al alcance de la generalidad de la población de la época. Esta central todavía proporciona energía eléctrica en la actualidad, con capacidad para producir 700 kW/h, según recuerda SERRA, Rosa, en los carteles explicativos que pueden leerse en la colonia. Además, en una de las naves se conserva maquinaria industrial original de principios del siglo XX con un estupendo conjunto de telares, máquinas cardadoras y otra maquinaria a la que haremos referencia en el apartado 4 posterior. 

Fig. 6 Máquina de vapor original de 1902 que puede visitarse en Cal Vidal y esquemas explicativos. Del autor

Fig. 6 bis. Detalle de la máquina de vapor/ Telares

[4] El proceso textil y un poco de seguridad y salud de la época

Resulta cautivador poder visitar en su lugar original, el abundante acervo de maquinaria industrial textil que se expone en las naves de Cal Vidal y que permite comprender el ciclo productivo.

El proceso textil -muy recomendable la monografía de ASPIN CHRIS, “The cotton industry”– en Cal Vidal se explica con detenimiento en la visita teatralizada. 

Como puede observarse en los carteles de la colonia, “el proceso textil requiere de un procedimiento complejo dada la gran cantidad de pasos necesarios para obtener el resultado final. Cal Vidal destacaba por la elaboración de sábanas de calidad y también, otro de sus productos estrella fue el piqué, que es un tipo de tejido que dispone de dos urdimbres diferentes y en el que, tensando uno más que otro, se pueden conseguir tejidos con relieves que conforman dibujos. La Colónia Vidal terminaba la producción en la operación de tejeduría. Posteriormente, se llevaban las grandes precias salions mediante diferentes operaciones y procesos tecnomecánicos, un aspecto más agradable y bonito, Finalizado el proceso, se podían poner a la venta”.

En esencia, en el proceso textil intervenían hasta siete máquinas. La “obridora” (abridora) abría los copos de algodón y eliminaba las hojas y suciedad, así como impurezas de las fibras. La “carda de xapons” (máquina cardadora) desenredaba las fibras, se la llamaba también máquina del demonio por la gravedad de los accidentes que era capaz de producir, en los que fácilmente se podía perder una falange, si no un miembro. Posteriormente, la “manuar” estiraba, peinaba y orientaba las mechas de hilo. La “metxera” estiraba y hacía más delgadas las mechas. La “contínua” convertía las mechas en hilo. El “ordidor” agrupaba todos los hilos en un plegador. Finalmente, era el “teler de garrot” (telar) el que se encargaba de transformar el hilo en tejido, en cuyo proceso era muy importante la “llançadora” (lanzadora), pieza de madera con un componente metálico que se desplazaba a gran velocidad (podríamos compararlo con una suerte de impresora al desplazarse de derecha a izquierda. La lanzadora provocaba, también, no pocos accidentes.

Fig. 7 Materia prima, algodón, en las naves de Cal Vidal. Del autor

Fig. 8 Fotografías de la distinta maquinaria empleada en el proceso textil, obridora, cardadora, mechera, ordidor y telers de garrot disponible en Cal Vidal. Del Autor

Fig. 8 bis cardadora o «máquina del dimoni» por su potencial para provocar accidentes.

Fig. 8 ter. Algodón ya limpio y desbrozado.

Fig. 8 quater Mechera.

Fig. 8 quinquies ordidor que reúne las hiladuras de algodón

Esos telares, todavía hoy en día pueden ponerse en funcionamiento y esa es una experiencia fascinante que recomiendo vivamente al visitante, pues puede experimentarse cómo era la actividad textil y el nivel de ruido al que estaban sometidos los operarios y el resto de riesgos asociados (por ejemplo, las mujeres tenían riesgo de tener accidentes si se les enredaba el pelo en alguna de las correas de transmisión, por lo que habían de llevarlo recogido). En este sentido es interesante que, para advertir a la población analfabeta de ese riesgo se solían emplear carteles (como el que puede verse en el Museu de la Ciència i la Técnica de Terrassa que será objeto de comentario en otro trabajo posterior). Precisamente a las trenzas se refiere Miquel Martí y Pol en Elionor, con un guiño al hecho de que el pelo debía llevarse recogido para evitar atrapamientos.

Fig.9: Cartel de mujer que sufre accidente por atrapamiento de pelo que puede verse en el Museu de la Ciència i de la Técnica de Terrassa. Del autor.

Llama la atención, en Cal Vidal, un viejo cartel del Servicio Social de Higiene y Seguridad del Trabajo que, junto con la máquina de fichajes y reloj (antiguo registro horario, tan de moda de nuevo, en el siglo XXI), rezaba: “A fin de colaborar al máximo en evitar accidentes, se ruega a todo el personal, recuerde que ESTÁ PROHIBIDO manipular en las transmisiones de las máquinas estando estas en movimiento. Es una norma de seguridad establecida en beneficio de los propios productores”. No es de extrañar el aviso, pues es sabido que se empleaba en muchas ocasiones incluso a menores que, por sus manos más pequeñas, podían acceder con mayor facilidad a retirar cualquier elemento que atascara la maquinaria.

Fig.10: Cartel del Servicio Social de Higiene y Seguridad del Trabajo, aproximadamente, 1970. Del Autor.

Los accidentes de trabajo eran frecuentes en la época y, desde luego, si tenemos en cuenta, por ejemplo, una máquina cardadora de algodón (la anteriormente citada “máquina del demonio”), era fácil seccionarse los dedos de una mano si no la mano entera, en caso de quedar atrapada. Sin incapacidad temporal en la época ni prestaciones, el obrero accidentado sobrevivía a menudo gracias a la solidaridad de sus compañeros a los que solicitaba apoyo económico mostrándoles la gorra para que depositaran en ella su ayuda, origen de la expresión “ir de gorra”.

[4] ¿Qué historia hay detrás del imponente complejo industrial de Cal Vidal? Un poco de historia sobre la familia Vidal, cómo se evoluciona de campesinos a algodoneros, un patrón habitual en la revolución industrial en Cataluña

La colonia Can Vidal fue construida por la familia Vidal. Está documentado que procedían de Manresa.

Estudios rigurosos y profundos como el de FERRER ALÓS antes citado, se han remontado hasta la época medieval al estudiar el pasado de la familia Vidal en testamentos y capitulaciones matrimoniales. Estos documentos son de interés ya que reflejaban las dotes y herencias, en consecuencia, la prosperidad de la familia en cada época de la historia, su progreso (por los importes de las dotes y valor y descripción de los ajuares y enseres aportados) y los oficios que ejercían los miembros de la familia. Resumidamente, se trataba de una familia inicialmente dedicada al textil (fabricantes de paños y luego de cintas –eran cintaires-), si bien la familia, en generaciones sucesivas, pasó a dedicarse a la agricultura en una visión conservadora de aseguramiento del sustento (el cultivo de la tierra garantizaba la posibilidad de alimentarse). Posteriormente, volvieron con fuerza a la actividad textil, tanto al oficio de veleros de seda (velers) como, posteriormente y al estallar la revolución industrial, al negocio del algodón en el que prosperaron de manera muy notable como algodoneros (cotoners).

Cal Vidal nació como consecuencia de un previo conflicto laboral relevante en la fábrica dels Cots (primera fábrica que gestionaron los Vidal al adaptar un antiguo molino papelero) que tuvo lugar en 1883 con una huelga (se planteó a las obreras de esa fábrica una rebaja salarial y, al contestar que debían consultarlo con el sindicato de las Tres Clases del Vapor, la dirección planteó que, si no lo consultaban, la rebaja sería menor, lo que desembocó en un cierre patronal y 150 despidos). Esto llevó a la familia Vial a romper relaciones con sus socios en esa fábrica, la familia Vallès. Según escribió Ignasi Vidal, “la huelga se produjo por el poco tacto del Sr. Vallés y sin que el Sr. Vidal supiera nada absolutamente (…) al entrar en la población y ver a los trabajadores huelguistas a quienes el Sr. Vallés había hecho creer que la culpa la tenía el Sr. Vidal, le silbaron y maltrataron viniendo a muy poco como no le cuesta la vida”.

Zanjaron el conflicto con los Vallés con la idea de alejarse y establecerse en el río Llobregat (los primeros pasos para centrar la fábrica en esa ubicación lo llevó a cabo Ignasi Vidal Balet en 1892).

Fig. 11 Ignasi Vidal Balet y reproducción del artículo publicado en Ateneo Obrero Manresano en 1905. FERRER ALÓS

En realidad, esta colonia textil fue la última en ubicarse en el río Llobregat (y fue así como escape y reubicación de la familia Vidal al romper relaciones con sus socios, los Vicens). Los terrenos se adquirieron en 1892 y se inauguró la colonia en 1901. Conviene tener presente que en Cataluña existieron al menos 183 colonias industriales según relaciona el también muy riguroso estudio de COLOMER I ROMA y que la actividad textil en los ríos Llobregat y Ter fue una de las más relevantes, pues el mayor número de colonias industriales tenía como objeto, precisamente, la actividad textil.

Como se ha anticipado, el salto de agua proporcionaba la energía motriz para el movimiento de los telares, como ocurría en New Lanark con las aguas del río Clyde. Pero sucede que, los ríos catalanes se caracterizan por su caudal bastante irregular y a veces no suficientemente abundante, por lo que, como también vimos en el caso de New Lanark, a la energía hidráulica se le debía sumar el complemento de la máquina de vapor.

[5] Vestigios de la vivienda obrera en Cal Vidal

El complejo industrial en Cal Vidal es bastante amplio. La colonia pasó a conformar una población en la que todavía hoy quedan algunos habitantes de modo que los vestigios de vivienda obrera, no solo siguen intactos y son visitables (es muy recomendable observar la casa de los obreros con utensilios de la época) sino que, además, en la actualidad todavía existe población que habita en la colonia.

Fig. 12 fotografías de la vivienda obrera em Cal Vidal

Fig. 12 Fotografías de la vivienda obrera de Cal Vidal, piso visitable. Del autor

Fig 13. Fotografías de la vivienda obrera de Cal Vidal que continúa en uso, en la actualidad. Del autor

Resulta interesante comprobar los datos de censo de habitantes, que revelan que la colonia de Cal Vidal tuvo alrededor de 185 habitantes, 41 familias, en 1905, alcanzando su punto álgido entre 1924 y 1930 con 547 habitantes (111 familias). En su decadencia, en 1981, contaba con 342 habitantes.

[6] Los servicios que se ofrecían a los trabajadores.

Los servicios que ofrecía la colonia a los empleados y familias que la habitaban eran extensos.

Escuela para chicas, biblioteca, estudios, bar, cine-teatro, pescadería, huertos, baños y duchas públicos, etc. 

Fig 14. Fotografías de los distintos servicios que ofrecía la colonia. Del autor

Fig 14 quinquies colegio para niñas o «casal de la dona»

Fig. 14 sexies Biblioteca / Fig. 14 sexies Escuela

Resulta especialmente interesante la biblioteca, se promocionaba el estudio. De hecho, el Sr. Vidal sufragaba los estudios gratuitamente en Barcelona a aquellos trabajadores que, al estudiar, hubieran obtenido la máxima calificación.

[7] Razones de la fundación de esta colonia: ¿paternalismo obrero, catolicismo social o huida de la conflictividad y cuestión social en las grandes ciudades?

Cal Vidal se construyó como solución del conflicto entre la familia Vidal y la familia Vicens en la fábrica dels Comtals y como vía de salida para encontrar un nuevo enclave cerca de una fuente de energía (el río). Era preciso contar con mano de obra en el lugar, que es una de las razones clave en la fundación de colonias industriales (muchos de ellos eran payeses y labradores de la comarca del Berguedá que vivían lejos), por tanto era una solución, en primer lugar, logística, la que explica el nacimiento de las colonias industriales. 

Pero hay razones adicionales que explican el fenómeno. Una de ellas es, precisamente, la estratégica y, en concreto, en segundo lugar, diremos que su creación se explica desde la perspectiva social. Aquí convenía al industrial conseguir mano de obra a coste más bajo que el de la ciudad, con unos empleados más dóciles y menos conflictivos que aceptaran jornadas de trabajo más largas. Esto les permitía competir en costes contra los productores textiles ubicados en Barcelona. Además, estaba la no menor cuestión de la contención de la cuestión social. Convenía alejar a la mano de obra de los núcleos urbanos en los que el radicalismo obrero estaba en ebullición (claramente, en Barcelona, lo que de hecho propició varios ejemplos de deslocalización y emplazamiento de industria fuera de la ciudad condal). La evitación de las ideas revolucionarias y de la conflictividad social se mezclaba también con el paternalismo social que practicaba el patrón. Si los trabajadores se encontraban en mejores condiciones, rendían mejor y se les alejaba de la contaminación y ruido de la radicalización obrera. De hecho, nadie estaba exento de albergar conatos de radicalización obrera exportados desde Barcelona, donde acontecían atentados anarquistas y lockouts empresariales. Como expresa FERRER ALÓS, “la colonia permitía definir unas relaciones laborales diferentes que, los Vidal, como hicieran otros en el Alto Llobregat, intentaron implementar. Y la moral católica fue aquí una pieza clave”.

En este punto, la familia Vidal optó por un modelo de no confrontación con la clase obrera y del llamado catolicismo social. La preocupación por los trabajadores de la familia Vidal, desde luego, está documentada en las distintas necrológicas a la muerte de Ignasi Vidal Casacuberta, quien se había preocupado de proporcionar formación a los empleados y garantizarles su progreso. Así, el Ateneo Obrero Manresano, poco después de su muerte, en 1905 publicó una nota en su boletín, Revista del Ateneo Obrero, 1905, nº 168) en la que decía: “Hombre de profundas convicciones religiosas, no solo cerraba a la lisonja y bendecía al Dios de su corazón, sino que su mano derecha ocultaba a la izquierda los favores que prodigaba a tantos asilos piadosos, a familias necesitadas, a obras de caridad y actos de beneficencia que los Ángeles presentaban a Dios (…) Por no hablar de otros centros que recuerdan con gloria al insigne patricio, las clases del Ateneo Obrero Manresano (…) pues contribuyó con opulencia a los gastos que originara la institución de tanta monta y tan saludables resultados. Comprendió D. Ignacio Vidal que esta institución obrera reclamaba el auxilio del poderoso y se inscribió durante toda su vida, para el sostenimiento de las clases, cuyo acto altruista vienen continuando sus hijos (…). Sea el nombre de D. Ignacio Vidal, estímulo de las personas de buena voluntad en favor de la clase obrera, cuyos hijos del trabajo reciben la enseñanza que conviene a su modesta posición y buenas facultades”. 

Algunas de las necrológicas señalaban que “Como fabricante se distinguió siempre por la protección a los operarios, quienes veían en el señor Vidal, más que a un principal, a un verdadero padre”. De hecho, se presentó a las elecciones generales en 1891 por el distrito de Manresa y prometió “trabajar en el congreso por una reducción razonable de las jornadas de trabajo y que los jornales fueran suficientes”.

Por tanto, el reflejo del sentir de los trabajadores muestra que se apostó por otro modelo de relaciones laborales y sociales distinto a la confrontación y que buscara iniciativas de mejora de la clase obrera, procurándoles atención humana y formación como clave del proceso social.    

Fig 15. Fotografía de Ignacio Vidal Casacuberta que puede verse en la biblioteca de Cal Vidal. Del autor.

Si bien se piensa, una cuestión central en las colonias industriales gravita sobre el hecho de que no (solo) albergan trabajadores, sino familias y, por tanto, este elemento configura el enfoque entre las relaciones entre la plantilla y el patrón. Las familias contaban con la aportación de los jornales de todos sus miembros (el salario de mujeres y niños era claramente inferior, pero necesario). De hecho, para ingresar en Cal Vidal era preciso, al menos, contar con tres adultos con capacidad de trabajar. A su vez, recibían vivienda y una serie de servicios que les proporcionaban una calidad de vida mejor que las del entorno rural.

En las situaciones de conflicto, autores expertos en colonias industriales han enfatizado que, en ocasiones, como reacción a las protestas obreras, se despedía a la familia al completo, que perdía salarios, alojamientos y servicios de una tacada. 

Sin embargo, en situación de paz social, el paternalismo del patrón que cuidaba del bienestar de sus obreros daba un equilibrio al sistema, en muchas ocasiones, tutelado y vigilado por el sacerdote de la iglesia de la colonia y las religiosas que gestionaban el colegio. Es esta vertiente la que claramente practicaron los Vidal habida cuenta de los numerosos ejemplos que han llegado a nuestros días.

Futuras generaciones de los Vidal continuaron perseverando en promocionar la formación. De hecho, una clara manifestación de esta vertiente paternalista encauzada en el llamado catolicismo social la encarnó Vicens Vidal Casacuberta, quien destacó en esta tarea al crear obra social, el Patronato Vidal para la Juventud Obrera, que ofrecía a los jóvenes trabajadores formación profesional, cultura, deporte y ocio dentro de una visión cristiana. Vicens Vidal fue también impulsor de la formación profesional cuando ésta aún no existía (así lo exponen los carteles en Cal Vidal y lo recoge FERRER ALÓS).

Fig 16. Fotografía de Vicens Vidal Casacuberta, del Autor.

 [9] Una recomendación cinematográfica, para terminar

Para finalizar, es preciso referenciar que existe una interesante película dirigida por Joan Frank Charansonnet (en cuyo reparto consta el propio Joan Frank y Xavier Prat) denominada “Terra de Telers” (Tierra de telares), rodada en Cal Vidal y cuyos acontecimientos y guión están basados en la vida en la propia colonia (disponible en Filmin) y muy recomendable:

Fig 17. Terra de telers.

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